¿Cómo encontró al Yagiza y a su propietario?
Después de haber vivido la intensidad de la clase IMOCA, decidí hacer una pausa en las regatas de alto nivel y skippé un Swan 65 construido en 1973 por Sparkman & Stephens. Fue en este barco que encontré a Laurent, el propietario del Yagiza. Era uno de mis últimos charters y enseguida simpatizamos. El venía de firmar la compra de su First 53, pero era completamente novato en materia de vela. De hecho, él no había navegado nunca antes de encontrarme en el Swan 65. Decidió iniciarse en la vela y comprar un barco durante la pandemia de COVID. Uno de sus amigos le recomendó el 53 del cual le gustaban verdaderamente las líneas depuradas y la simplicidad del plano de cubierta y del interior.
¿Cuál es su rol?
Eh bien, yo gestiono el Yagiza desde el primer día. Cuando Laurent estaba conmigo en el Swan, me preguntó: « Crees que yo podría hacer regatas con mi barco? ». Yo le respondí evidentemente en afirmativo y lanzamos el proyecto. Así que yo formé la tripulación de acuerdo al marco del proyecto que teníamos en la cabeza: Laurent financiaba el barco, pero no quería pagar la tripulación. Yo debía pues imaginar los medios para ser eficaz sin marineros profesionales. Reuní un equipo de aproximadamente 20 personas, ya que nosotros participábamos normalmente con una tripulación de 14 tripulantes en regata costera y 12 en offshore. Se trata de un equipo mitad profesional mitad aficionado con tres profesionales a bordo, uno de los cuales yo mismo, y el resto de la tripulación está constituido por aficionados que pagan por participar con nosotros. Es así como financiamos las regatas. Tenemos la suerte de tener un super equilibrio entre profesionales y aficionados así como entre hombres y mujeres (a groso modo 50/50) y reúnen diversas nacionalidades (5 en total). Esto funciona muy bien y asegura un buen nivel de eficacia. Es un trabajo largo y duro pero muy enriquecedor.