Patrice Sarrazin :
Trabajamos los productos y las materias con la sombra y la luz.
Pienso que es crucial estar a la escucha y ¡me encanta andar por las ferias, aguzar el oído!
Para ejercer este oficio, también hay que ser un soñador, renovar la mirada. ¡A veces, también soy un poco idealista! Pero el diseño industrial es antes que nada espetar a los demás.
Observar, escuchar, entender las necesidades, todo esto requiere una atención permanente. Sea cual sea el producto, debe vivir con la luz, su materia, su belleza, su fiabilidad. Y tiene que ser constantemente bueno para la mirada. Por la curiosidad y la pasión, la imaginación creativa resulta a veces delirante… Para tomar forma y transformar en realidad las ideas, tienen que pasar luego por múltiples filtros, especialmente el de las limitaciones, que las mejoran y las permiten nacer.
Y los Equipos Marketing y Técnica de Bénéteau son con los que haremos nacer nuestros sueños, nuestra visión para que todos los proyectos se conviertan en realidad…
Trabajamos todo lo que se sitúa encima la línea de flotación. En un barco, cada parte posee una enorme tecnicidad y el pliego de condiciones es muy agudo.
Pero eso no debemos despistarnos y nuestra misión sigue siendo sobre todo “hacer estilo”.
En primer lugar vienen a buscar con nosotros una “destreza”, un trazo de lápiz, una inspiración. Solo luego es cuando viene la modelización en CAD y es cuando tenemos que tener en cuenta todo lo que no se ve, como, por ejemplo, los numerosos elementos, accesorios técnicos que se encuentran dentro de un barco, el volumen del motor, etc…
Luego, nos dedicamos a los detalles principales. Pero en diseño, no debe haber detalles poco importantes: aportan al proyecto su coherencia y dan la sensación de un objeto logrado.
Elección de materiales, tejidos, revestimientos. Pero también tipos de costura, color del hilo, hasta el pequeño borde que destaca la línea de una cortina…